Redacción El País
El molino quemado es un edificio en ruinas ubicado en un predio privado ubicado en Camino los Colonos de Nueva Helvecia (Colonia). Su existencia, a pesar de ser un monumento histórico nacional, es desconocida por muchos y acceder a visitarlo es posible solo tres días al año.

El molino quemado queda a una hora y media en auto desde Montevideo. Está rodeado de un monte natural. "Fue construido en 1875 y el 7 de marzo de 1881 amaneció bajo las llamas", detalla la web institucional de Nueva Helvecia.

"Una muerte no aclarada, un suicidio y un misterioso incendio dan pie a las leyendas de fantasmas y aparecidos que circulan en la zona y dan una patina de misterio a este monumento histórico nacional", agrega el municipio.

Foto: Municipio Nueva Helvecia

El teniente alcalde Don Luis Vigni construyó el molino en 1875. Supuestamente fue allí que su empleado, el molinero Kunz descubrió a su esposa Elisa engañándolo y en medio de la desesperación prendió fuego el lugar. La mujer huyó en caballo pero el animal la tiró al arroyo y la encontraron ahogada. Mientras el molino aún ardía, el asesino se suicidó; del amante nunca se supo nada. Otra leyenda asegura que Kunz encontró a su mujer in fraganti, mató al amante dentro del molino y la persiguió hasta el arroyo donde la golpeó hasta asesinarla.

La particular historia cautivó a tres cineastas en 2015 —Martín Chamorro, Cecilia Langwagen y Micaela Domínguez Prost— quienes llevaron su cámara a la locación y comenzaron a recolectar las anécdotas de los habitantes cercanos en un documental.

A lo largo de los años, el molino quemado ha sido un atractivo turístico secreto que cobró notoriedad entre excursionistas de todas partes del país. Sin embargo, en 2021 la propietaria del lugar tuvo problemas con algunos visitantes y denunció el hecho ante el municipio. Fue entonces que se cerró el al público.

Sin embargo, según confirmó El País con el alcalde de Nueva Helvecia, Marcelo Alonso, la comisión de Patrimonio y la propietaria del lugar llegaron a un acuerdo para que el molino quemado pueda visitarse los días del patrimonio —un fin de semana de octubre— y el 1 de enero de cada año.