Coincidiendo con los festejos del Bicentenario, dos nuevos libros que abordan el proceso independentista salieron al mercado en los últimos días. Ambos tienen la cualidad de estar escritos en un tono ameno y directo, alejado de la solemnidad que suele caracterizar al trabajo de los investigadores, e incluso uno de ellos fue hecho para niños. En este último caso, sus autores se dan el gusto de bromear con algunos episodios notables de la historia patria, aunque respetando la historiografía.
“Hace 200 años en el corazón de nuestra campaña, más precisamente en la villa de Florida se reunieron en asamblea los representantes de varias partes del país para declarar la independencia frente al Imperio del Brasil y la unión con las Provincias del Río de la Plata. Después hubo que pelear batallas, hacer alianzas, aparecieron los ingleses como ‘mediadores’ y nuevas propuestas que dieron finalmente como paz provisoria, en octubre de 1828, la creación de un nuevo Estado en la Provincia de Montevideo. En aquella tregua se estableció un plazo para elaborar una Constitución y a mediados de 1830 surgiría la República Oriental del Uruguay”.
De esta manera comienza el libro 200 años del nacimiento de Uruguay, la provincia que se hizo país (Banda Oriental), del historiador y profesor Gabriel Quirici Franzi, actualmente director de Educación del Ministerio de Educación y Cultura.
El libro procura estudiar algunas de las claves políticas y regionales que pueden hacer más comprensible la deriva de la historia de los procesos de construcción del poder estatal entre 1825 y 1828. Y llega hasta ese año bisagra de 1830 en el que definitivamente se da vuelta la página a la dependencia de otros imperios y naciones.
Con estilo ágil y claro, Quirici repasa también las múltiples miradas que la actual historiografía ha venido planteando en torno a este período tumultuoso. Y la edición se enriquece con una notable iconografía a todo color que permite ilustrar la gesta de un período bisagra de la historia nacional.
“La idea es comunicar esto con un lenguaje accesible, no es un libro que le aporte novedades a los investigadores, a la historiografía, sino que busca responder a preguntas que despiertan curiosidad. A todos nos interesa saber cuándo surgimos, si surgimos producto de una guerra, qué lugar ocupó Inglaterra, la relación con Argentina, si éramos provincia o no”, comenta Quirici a Domingo.
Con respecto a este último punto, el escritor agrega que “la palabra provincia hoy tiene otra connotación”, distinta a la visión americanista e integradora de antaño. En aquel lejano 1825, todavía se defendía la idea artiguista de formar una “patria grande”, de ser parte de un conjunto de provincias bajo la tutela de Buenos Aires.
Revolucionarios y bayanos
“Al parecer, todo empezó la noche del 18 de abril cuando unas pequeñas barcazas cruzaron el Río de la Plata desde Buenos Aires hacia la costa de Soriano. Ahí venían unos cuantos muchachos, treinta y algo, dispuestos a organizar la guerra contra los brasileños que desde 1820 dominaban nuestro territorio, conocido entonces como Provincia Cisplatina”, comenta el docente en 200 años del nacimiento de Uruguay, la provincia que se hizo país.
“No se sabe con certeza cuántos eran, ya que no llevaron lista: el cruce fue en condiciones semi clandestinas y, de haber sido descubiertos por los guardias de frontera, probablemente habrían sido deportados o fusilados. Más tarde, la historia los recordaría como los Treinta y Tres Orientales, un número cargado de simbolismo heroico y, para algunos, con un aura casi mística, especialmente en el ámbito de la masonería”, agrega.
Quirici recuerda que tras el desembarco en la playa de La Agraciada, los libertadores repartieron una proclama que invitaba a la gente de la campaña a levantarse en armas y “correr a los bayanos para su tierra”.
“Popularmente a los brasileños se les decía bayanos porque la ciudad de Bahía había sido por mucho tiempo capital de las colonias portuguesas, y a sus habitantes se les dice bahianos, pero como aquí el acento suele marcar mucho la ye y la yi, en vez de bahianos le decían bayanos”, explica.
Comunicar a las masas
Como columnista en medios como Del Sol FM (No Toquen Nada) y TV Ciudad, Quirici ha encontrado una recepción positiva a esta forma llana y directa de contar la historia: “La devolución ha sido muy generosa, a mí me sorprendió. Aparte, la masividad que puede tener la historia contada así es importante, es una mezcla de rigor con entretenimiento”, anota.
Quirici aborda la complejidad del bicentenario y el nacimiento de Uruguay, evitando centrarse en una única fecha. Desde la narrativa histórica, sostiene que se trata de un ciclo, un proceso marcado por la tradición federal, rural y la politización de quienes lucharon junto a Artigas y contra el dominio extranjero, forjando una nación en medio de contradicciones. Su postura no busca alinearse con una fecha o una posición partidaria, como las asociadas al 25 de agosto de 1825, la Convención Preliminar de Paz de 1828 o la Jura de la Constitución de 1830, sino comprender la complejidad histórica.
“La Nación no se define en un solo momento, sino en un trayecto que puede abordarse con miradas diferentes y complementarias, por eso en el libro se invita a los lectores a reflexionar sin necesidad de una verdad única”, comenta.
Para los más chicos
Otra novedad literaria de Banda Oriental que fue presentada el martes de esta semana en la 23ª Feria del Libro Infantil y Juvenil de Montevideo (IMM) fue Bicentenario, un cómic con historia, de Rodolfo Santullo y Guillermo Hansz.

Santullo, nacido en México en 1979 y residente en Uruguay desde los 5 años, es periodista, escritor, guionista de cómics, televisión y cine, además de editor de historietas al frente de Grupo Belerofonte. Ha publicado 12 libros de narrativa y más de 50 novelas gráficas en países como Uruguay, Argentina, Brasil, EE.UU., Reino Unido, Francia, Dinamarca, España, Alemania y China, entre las que se incluyen 40 Cajones, Dengue, Zitarrosa, El pasajero del U-977 y Los últimos días del Graf Spee.
En tanto, Hansz (Florida, Uruguay, 1979) es egresado del Centro de Diseño Industrial, diseñador y animador, dibujante de historietas e ilustrador. Ha colaborado en diversas publicaciones dentro y fuera del país. Y ganó dos fondos concursables junto a Rodolfo Santullo con las novelas gráficas El Club de los Ilustres I y II, donde ambos abordan parte de la historia -según confesión de parte- “un poco para la chacota”.
“Es el año 1825 y toda la Banda Oriental está en manos del poder portugués invasor. ¿Toda? ¡No! Un grupo de valientes -33 de ellos, para ser precisos- cruzará el Río de la Plata e iniciará una revolución que culminará con el nacimiento de nuestro país como tal. ¿Esta es su historia? No, esta es su historieta”.
La sinopsis del libro de Santullo y Hansz es un guiño a las historietas de Astérix, en las que una pequeña aldea de irreductibles galos resiste -gracias a una poción mágica- la dominación del Imperio Romano. Los ingredientes que hacen del trabajo de estos autores una verdadera poción mágica para el alma del lector son el cuidado y esmero que pusieron tanto en los textos como en sus ilustraciones.
Bicentenario, un cómic con historia cuenta de forma didáctica y entretenida un proceso que culminó en 1830 con la jura de la primera Constitución. Muchos de los hechos son narrados por un personaje ficticio, llamado María Cristina Santana. Esta protagonista es, en realidad, la licenciada Victoria Saibene, esposa de Santullo, quien estuvo a cargo de la asesoría histórica (y fue reflejada con un parecido notable por el dibujante).
El trabajo abarca desde las polémicas por las fechas del aniversario de la independencia hasta una serie de juegos (laberintos, sopas de letras y puzzles) para hacer más entretenida la experiencia de la lectura.
“Nosotros nos reímos un poco de las circunstancias, de las peleas que tuvieron Rivera y Lavalleja, que fueron un montón, y del propio Rivera, que durante mucho tiempo no se sabía si jugaba para nuestro cuadro o para Brasil”, comentó Santullo durante la presentación del libro, realizada el martes de esta semana en el Salón Dorado de la Intendencia.