Los ingresos, las expectativas y el consumo privado

Los fundamentos pierden fuerza y las expectativas muestran la esperable reversión post-electoral

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En esta nota nos proponemos realizar una breve actualización de la situación económica de los hogares y sus expectativas, por un lado, y los efectos del ciclo electoral sobre el consumo, por otro, tomando como referencia nuestras notas anteriores sobre estos temas, de junio y octubredel año pasado respectivamente.

Consumo privado

El principal componente de la demanda agregada cerró 2024 con un crecimiento moderado, de 1,7%, menor al que esperábamos. Este resultado podría explicarse a partir de varios factores, como ser, leve preferencia por el ahorro o desendeudamiento en lugar de consumo, para recomponer la situación financiera de los hogares (luego de la pérdida salarial real post-pandemia), compensación del adelanto de consumo observado a mediados de 2023 (cuando los consumidores aprovecharon la favorable relación de precios bilateral con Argentina) y fuerte desaceleración de los salarios en dólares, entre otros. Más recientemente, el crecimiento del consumo fue de 2,7% interanual en el cuarto trimestre, lo que marcó una clara aceleración (había sido de 1,2% en el tercero). En esta línea, los datos desestacionalizados mostraron un crecimiento en torno de 1% en el cuarto trimestre del año pasado, un registro algo mayor al observado en los trimestres previos (en torno de 0,5%, gráfico 1). Así, la aceleración al final de 2024 reflejó el avance de algunos de los fundamentos, que repasamos a continuación.

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Ingresos

Los ingresos reales de los hogares han mostrado leve recuperación real durante el año pasado, al tiempo que los ingresos salariales evolucionaron muy favorablemente. En efecto, los ingresos de los hogares, que incluyen los montos percibidos por salarios, jubilaciones, cuentapropistas, rentas de capital y otros, mostraron incrementos nominales algo por encima de la inflación. Mientras tanto, los ingresos salariales crecieron en forma más notoria, cerrando 2024 con un avance real de 2,6% en promedios (gráfico 2). Sin embargo, este componente de los ingresos de los hogares se viene desacelerando desde mediados del año pasado, aumentando 1,4% en promedios en el año móvil a abril.

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Empleo

Mientras tanto. la tasa de empleo retrocedió levemente en los primeros meses de este año, al tiempo que la serie desestacionalizada mostró avances leves. En efecto, la serie observada alcanzó registros máximos, en una década, durante el tercer trimestre del año pasado (59,8%), para luego mostrar caídas de algunas décimas en los últimos meses. Sin embargo, la tasa de empleo desestacionalizada continuó creciendo, aunque levemente, en los primeros meses del año, alcanzando 60% en abril (gráfico 3). Así, si bien las tasas de empleo observadas continúan siendo bastante elevadas en comparación con los años anteriores, indican cierto menor empuje en comparación con la situación observada el año pasado.

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Comercio

La mejora de las condiciones desde el lado de la demanda del tramo final del año pasado fue consistente con los buenos registros de actividad que se han observado desde el lado de la oferta, a partir de los datos que surgen de la encuesta de actividad económica trimestral que elaboramos con la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay. En efecto, en el tramo final del año pasado las ventas agregadas del sector comercio y servicios mostraron tasas de crecimiento real interanual de importancia (4,5% y 3,4% en el tercer y cuarto trimestre del año pasado, respectivamente), consolidando la recuperación observada en el primer semestre del año pasado y recuperándose así de los magros o desfavorables guarismos observados en 2023 y años anteriores (gráfico 4). Para el primer trimestre, la actividad del comercio y servicios volvió a mostrar registros favorables. Mientras tanto, la recaudación del IVA de dicho período mostró un aumento de 8,6% real (aunque con impulso del efecto estadístico positivo de semana de turismo).

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Indicadores adelantados

Hasta aquí los datos que refieren mayormente a la parte final de 2024 y el primer trimestre de este año. Veamos ahora cómo han evolucionado algunos indicadores adelantados, que en general muestran ajustes o retrocesos que deberían manifestarse en los datos de cuentas nacionales de los próximos trimestres.

Confianza

La confianza del consumidor ha retrocedido levemente en las últimas mediciones, denotando, en buena medida, los efectos negativos sobre las expectativas de la finalización del ciclo electoral. En efecto, si bien el indicador se mantiene algo por encima del nivel de neutralidad, ha mostrado leves caídas consecutivas desde el máximo en una década, alcanzado justamente en octubre del año pasado. El retroceso se explicó fundamentalmente a partir de descensos en los componentes de expectativas (en particular, expectativas sobre la situación del país), siendo éstos los mismos drivers que el año pasado sustentaron mayormente la mejora de la confianza, como analizamos en nuestra nota de octubre del año pasado (gráfico 5). Así, de no medir cambios de importancia en el contexto macro, es esperable que el proceso de aterrizaje de expectativas continúe, restando dinamismo al consumo.

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Corto plazo

Otros indicadores más específicos que relevamos son consistentes con el retroceso de la confianza del consumidor en lo que va de este año. En efecto, nuestro indicador sobre las condiciones económicas de los consumidores en el muy corto plazo, que evalúa la situación y perspectivas del país, la situación personal y si la economía está en recesión, “en estos días”, mostró una clara desmejora en la medición de mayo respecto a los máximos registros observados en noviembre del año pasado (gráfico 6). En esta línea, las predisposiciones al consumo de bienes, y especialmente las de servicios, mostraron caídas moderadas. También se observó cierto aumento en indicadores asociados a las restricciones al consumo, como mayor proporción de consumidores que están pensando en reducir sensiblemente los gastos del hogar (aumentó 10 p.p. desde fines del año pasado) y una reversión en los indicadores adelantados de consumo en supermercados, como mayor atención a los precios de los bienes y cierta menor fidelidad a las marcas.

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En suma

El consumo privado mostró una evolución favorable a fines del año pasado, alentado por buenos fundamentos desde el lado de los ingresos salariales, el empleo y las expectativas. Sin embargo, 2025 se caracterizará por una desaceleración de los ingresos salariales reales y un desinfle de las expectativas, lo que ya está redundando en mayores inhibiciones, aunque moderadas, para el consumo. Así, es posible que el buen ritmo de crecimiento del consumo privado de finales del año pasado se haya mantenido en el primer trimestre pero, al mismo tiempo, es difícil esperar que dicha evolución favorable se mantenga el resto del año.

- Alejandro Cavallo, Director de Consultoría Económica en Equipos Consultores.

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