Hoja de ruta para rever la reforma educativa "se queda en lo cosmético" y busca "continuidades", apuntó consejero

Mazzoni, electo por los docentes, publicó una carta con críticas al texto, que solo fue votado por los representantes políticos.

Compartir esta noticia
Julián Mazzoni, representante electo por los docentes en el Codicen de ANEP.
Julián Mazzoni, representante electo por los docentes en el Codicen de ANEP.
Foto: Archivo El País.

Julián Mazzoni, representante docente en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la istración Nacional de Educación Pública (ANEP), apuntó a la hoja de ruta que votó el máximo órgano de la enseñanza para analizar cambios de la llamada transformación educativa que impulsó el gobierno de Luis Lacalle Pou, resistida por integrantes del Frente Amplio y los sindicatos.

El documento con los fundamentos del cambio y un cronograma de trabajo de mayo a setiembre, solo contó con el apoyo de los consejeros políticos (Pablo Caggiani, Elbia Pereira y Carolina Pallas). Votaron en contra Mazzoni y la otra consejera electa por los docentes, Daysi Iglesias. Ambos asumieron en 2022 y se mantienen en el cargo hasta el año próximo.

“No fue posible votar la resolución porque incluye una introducción elaborada por la Dirección Ejecutiva de Políticas Educativas (DEPE) que no compartimos”, dijo Mazzoni sobre el documento elaborado por Antonio Romano, en una carta titulada “Razones de marco: ¿participación o persuasión?”.

Mazzoni dijo que en la introducción se señala que “diferentes actores educativos hemos caído en exageraciones”. Y aludiendo al cargo que hoy ocupa Romano, y antes Adriana Aristimuño, lanzó: “Parecería que debemos agradecer la suerte de tener una Dirección Ejecutiva de Políticas Educativas que nos hará ver las cosas con mayor mesura”.

El consejero apuntó que “se puede pensar que el documento está proponiendo un único ámbito organizativo” para la educación básica, con lo que se mostró en contra. Mazzoni dijo que el diseño “seguiría concentrando la toma de decisiones en el ámbito del Codicen, en detrimento de la necesaria especificidad y la autonomía técnica de los subsistemas, en contradicción con la historia de la educación pública de nuestro país”.

Otro aspecto que manejó Mazzoni es que la introducción no consideró “los fundamentados cuestionamientos de fondo que tanto las ATD como los sindicatos han planteado desde 2022”, año en que se definió el Marco Curricular Nacional, la columna vertebral de la reforma, que aterrizó paulatinamente desde 2023 y que comenzó en todos los grados en este 2025.

“Analizando los planteos del documento se puede concluir que se está pensando más en continuidades que rupturas” con respecto a la Transformación Curricular Integral (TCI), como se denominó a la reforma educativa, remarcó Mazzoni.

Incluso dio un paso más, al plantear que el texto busca “eliminar las aristas más molestas para los docentes y convencerlos para que accedan a revisar, pero no desmontar, los cambios –esos sí refundacionales—introducidos en el quinquenio anterior”, duramente cuestionados.

Si bien Mazzoni valoró que es “imprescindible” quitar la “pesada carga istrativa que abruma a los trabajadores de la educación”, llamó a “recuperar la libertad de cátedra, atacada por quienes impulsaron medidas verticales e inconsultas para modificar el trabajo en el aula”.

“Pero esas medidas, que deben instrumentarse a la brevedad, son insuficientes y se quedan más en lo cosmético”, enfatizó el consejero, puntualizando que “cualquiera” que haya visto los planteos de los docentes puede notar que estos “van mucho más a fondo” que lo descrito en la hoja de ruta.

“Más allá de esas consideraciones, la convocatoria a las ATD y los sindicatos por parte de los subsistemas abre una puerta que no podrá cerrarse. Y no creo que dichos organismos limiten sus planteos a los propuestos en la Hoja de Ruta”, sostuvo desafiante Mazzoni.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar