La Asociación de Vapeadores del Uruguay (Asovape) destacó el paso que anunció hoy la ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, junto al presidente Yamandú Orsi, de derogar tanto el decreto 87/021, relativo a los productos electrónicos de tabaco calentado, como el 282/022, de flexibilización del empaquetado neutro, firmados por el expresidente Luis Lacalle Pou, aunque insisten en que el vapeo es una “categoría distinta” a la de los cigarrillos.
Si bien Asovape planteó que la derogación “reafirma el liderazgo de Uruguay en la lucha contra el tabaquismo”, manifestó su “preocupación por la nuevamente equivocada equiparación regulatoria entre el vapeo y los productos de tabaco calentado”. Esto en referencia a que el MSP puntualizó hoy que “no se hacen distinciones en la normativa de los de tabaco calentado respecto a los de vapeo de líquidos”.
La coordinadora del Programa Nacional de Control del Tabaco, Laura Llambí, destacó este martes en conferencia de prensa que la derogación del decreto 87/021 supone que “cualquier dispositivo, ya sea que use tabaco calentado, líquido de vapeos, que se denominan vaporizadores, quedan en la normativa previa, que es la prohibición del registro, la importación, la venta, promoción, patrocinio y el uso en lugares cerrados”.
Llambí recordó en la misma instancia que el vapeo en Uruguay está prohibido en lugares cerrados desde 2017. “Sin embargo, hay una baja percepción del riesgo, una confusión de que como no es humo de tabaco se podría utilizar”, dijo la también docente grado 5 y coordinadora de la Unidad de Tabaquismo del Hospital de Clínicas (Universidad de la República).
“Lo que dice nuestra normativa, desde hace muchos años, es que no se pueden utilizar en ambientes cerrados con un fundamento científico muy claro: ese vapor daña a terceros, expuestos, por eso es que no se puede utilizar”, acotó Llambí. Frente a la “desinformación” que hay sobre el tema, el MSP tiene previsto implementar una “tarea educativa” con “campañas” y “sensibilización”, con “fiscalización” para “proteger la salud de terceros”.
Por su parte, la asociación aseguró que mientras los productos de tabaco calentado “contienen tabaco y generan combustión”, el vapeo “no utiliza tabaco ni papel, no produce combustión ni humo y reduce hasta un 95% los daños vinculados a enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer”.
Esto último va en contra de lo señalado por jerarcas sanitarios más temprano. “Vapear causa enfermedades pulmonares agudas y crónicas. La asociación entre vapeo y cáncer no es clara, pero sí se sabe que el aerosol del vapeo tiene sustancias cancerígenas y que en estudios en células induce la aparición de cambios malignos”, destacó la ministra Lustemberg este martes en conferencia de prensa.
“Nos preocupa particularmente este problema en la salud de los adolescentes. Un 9,9% de los adolescentes de 13 a 15 años usaron los llamados vapeadores en los últimos 30 días y tienen baja percepción de riesgo. Por eso pensamos en acciones de sensibilización y concientización que permitan tomar dimensión del problema”, acotó la también pediatra.
Asovape también aseguró en un comunicado, al que accedió El País, que “el vapeo es la herramienta que ya eligieron decenas de miles de uruguayos para dejar de fumar, como demuestran experiencias internacionales”.
Esto también fue rechazado por las autoridades. "Analizada la evidencia científica no está corroborado que esos dispositivos sean inocuos. No está corroborado que sirvan para dejar de fumar. Sí se sabe que son altamente adictivos y que son la puerta de entrada al consumo de tabaco y que sus efectos a largo plazo son desconocidos. Pero algunos ya se sabe que pueden dar infartos al corazón, enfermedades pulmonares agudas y crónicas y ya hay evidencia de la asociación entre el uso de estos dispositivos y el cáncer", dijo Llambí en rueda de prensa.
“Desde Asovape consideramos que este es el momento oportuno para que el gobierno se plantee regular, no prohibir. El Uruguay está en condiciones de exigir venta controlada (así como ocurre con el alcohol y tabaco), prohibición a menores, impuestos específicos y estándares de calidad. No es lo mismo fumar que vapear”, insistió la asociación.
“¿Por qué Uruguay permite la venta controlada de cigarrillo, el alcohol o la marihuana, pero prohíbe la regulación de una herramienta que salva vidas? Uruguay puede liderar una política de reducción de daños, regulando el vapeo con criterios científicos, sin equipararlo al tabaco, lo que es conceptual y técnicamente un error”, añadió Asovape.
"El vapeo y las herramientas electrónicas contienen elementos cancerígenos, entonces, muchos de los decretos y la percepción que hoy hay sobre todo en los jóvenes de que estos dispositivos no hacen mal a la salud, es bajar la percepción de riesgo", remarcó Lustemberg en una rueda de prensa posterior a la conferencia de prensa.
Asovape valoró que dado que los vapeadores desechables “con diseños y sabores atractivos”, suponen “un riesgo específico para adolescentes”, esto “necesita ser controlado”. Y por ello insiste en que “el gobierno lo controle, regulándolo, con prohibición estricta de venta a menores limitando colores, sabores y publicidad que los hacen atractivos para jóvenes".