Miguel Uribe Turbay tenía apenas cinco años cuando su madre, la periodista Diana Turbay Quintero, murió en medio de un intento de rescate, tras casi cinco meses de secuestro. Sus captores le dispararon por la espalda mientras intentaba alcanzar los helicópteros de la Policía que la habían ubicado y sobrevolaban el lugar. Alcanzaron a trasladarla desde la finca del oriente antioqueño donde estuvo cautiva hasta un hospital en Medellín, pero falleció en la tarde del 25 de enero de 1991.

Turbay Quintero, hija del expresidente César Turbay Ayala, fue secuestrada junto con el camarógrafo Richard Becerra el 30 de agosto de 1990 por el grupo de Los Extraditables, comandado por el temido y sanguinario capo del narcotráfico Pablo Escobar Gaviria.

A través de figuras políticas de peso, el objetivo de los criminales era presionar al gobierno de César Gaviria para que no aprobara el tratado de extradición que enviaría a Escobar y a otros narcos del cartel de Medellín a las temidas cárceles estadounidenses.

En esa oleada de secuestros "de chantaje" también fueron víctimas la exministra Maruja Pachón, el exjefe de redacción de El Tiempo Francisco Santos y Marina Montoya, hermana de Germán Montoya, exsecretario general de la Presidencia de Virgilio Barco.

Turbay, directora de la revista Hoy x Hoy, fue atraída por sus captores bajo el señuelo de una falsa entrevista en exclusiva con el cura Manuel Pérez, jefe guerrillero del ELN.

La periodista salió de Bogotá con cinco personas, entre estos el reportero alemán de la BBC, Hero Buss, el camarógrafo Richard Becerra y otros de su equipo periodístico, Juan Vitta y Orlando Acevedo. Pero cuando se adentraban en el municipio de Copacabana, rumbo al punto de encuentro, fueron anunciados de su destino por quienes los acompañaban como "guía": 'No hay ningún cura Pérez, ustedes están en manos de Los Extraditables".

Foto: Archivo / El Tiempo GDA

Diana Turbay no soltó el lápiz durante los 148 días que estuvo secuestrada. En su diario contó, por ejemplo, lo duro que era estar lejos de su hijo de cinco años y de su hija de 18. También relató un episodio desgarrador: una vez estaba en un cuarto y, al otro lado de la puerta, oía a unos niños. Les rogó a sus secuestradores que le abrieran para poder jugar con ellos.

Quien le dijo a Miguel Uribe Turbay de su muerte fue su papá. Es un lejano pero quizás el recuerdo más vívido. "A tu mamá la mataron", le dijo con la voz rota, sentados al pie de la cama.

“Crecí con una tristeza profunda, como es lógico, pero también con un resentimiento grande hacia ella. Yo no entendía por qué había tomado la decisión de abandonarme, por qué fue a meterse a la boca del lobo. Con el tiempo comprendí que lo que hizo no fue solo por el país, sino también por su familia, por sus hijos. Entonces, lo que comenzó como un resentimiento cuando tenía cinco o seis años, se convirtió en una gran iración”, le dijo a BOCAS el precandidato Turbay, en 2021.

Dijo, en esos micrófonos, que no solo perdonó a Pablo Escobar, cerebro del crimen que le quitó para siempre a su mamá, sino también a Popeye, el jefe de sicarios del cartel de Medellín.

“Yo perdoné a todos los que estuvieron involucrados. Obviamente hoy daría todo lo que tengo en mi vida, preferiría no hacer política, por estar con ella. Pero bueno, esa es la vida, solo hay una, y es la que me tocó vivir”, confesó.  

Estos hechos son narrados por el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez en la novela "Noticia de un secuestro", que incluye una mención sobre el pequeño Miguel durante la angustiosa espera de cinco meses entre el rapto y el asesinato.

Foto: Archivo / El Tiempo GDA

En el seno de una familia con poder político, pues el abuelo Julio César Turbay fue presidente entre 1978 y 1982, Uribe estudió en uno de los mejores colegios de Bogotá, se hizo abogado y terminó una maestría en la Universidad de Harvard.

Fue concejal de Bogotá, secretario de gobierno y candidato a la alcaldía de la capital. En 2022 se convirtió en senador con el partido de derecha Centro Democrático y el año pasado anunció que aspiraría a la presidencia.

En un acto de campaña en un barrio popular de Bogotá, el político de 39 años fue alcanzado por balas disparadas presuntamente por un sicario de 15 años.

Minutos antes de los tiros, recordó a su madre en un discurso para convencer a quienes lo escuchaban de que es una persona que vivió en "carne propia" la violencia.

Con información de Sara Valentina Quevedo Delgado / El Tiempo (GDA) y AFP