Uruguaya completó su misión con Médicos Sin Fronteras en Sudán del Sur, en medio de una escalada de violencia

Desde el comienzo de su misión, Mariana Gines García entendió que "si uno quiere trabajar en ayuda humanitaria" debe saber que va a conocer sitios "en los que la población está siendo vulnerada".

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Sala de Maternidad del Hospital de Mayen Abun, apoyado por MSF.
Sala de Maternidad del Hospital de Mayen Abun, apoyado por MSF.
Foto: Paula Casado Aguirregabiria/MSF (cedida a El País).

Para buena parte de la población de Sudán del Sur, los servicios de Médicos Sin Fronteras (MSF) son la única atención en salud a la que acceden, cuenta la uruguaya Mariana Gines García a más de 10.000 km de Uruguay y a pocos días de dar cierre a su misión.

Hasta ahora, Gines García fue parte de un proyecto de MSF ubicado en Mayen Abun, en el condado de Twic, en el centro-norte de Sudán del Sur. "Es un proyecto que MSF tiene hace ya tres años. Pero MSF está en esta zona y en Sudán del Sur en general incluso antes de que fuera Sudán del Sur, cuando era parte del territorio de Sudán en general, hace más de tres décadas. Así que bueno, uno participa en estos seis meses de una larga historia de ayuda humanitaria de parte de MSF en este territorio en general", relata en diálogo con El País.

Si bien Gines García ya había participado de voluntariados en Uruguay, cuenta que esta es la primera vez que colabora con una organización de ayuda humanitaria desde su rol como médica.

"La verdad es que cuando me ofrecieron venir para Sudán del Sur yo no tenía mucho conocimiento de cuál era la situación, tuve que sentarme a estudiar un poco la historia del país para entender cuáles eran las necesidades de la población", detalla. Pero desde el comienzo de su misión, Gines García entendió que "si uno quiere trabajar en ayuda humanitaria" debe saber que va a conocer sitios "en los que la población está siendo vulnerada en sus derechos".

Para los sursudaneses "es muy difícil acceder a los servicios de salud y dependen de alguna forma de lo que MSF puede hacer en estas condiciones". Algunos, por limitaciones económicas o distancia, inician viajes a pie, ya sea para tratar una afección urgente o recibir tratamiento para enfermedades crónicas. "Para muy buena parte de la población somos la atención a la salud a la que ellos acceden. Un poco cuando uno llega y logra ver eso se da cuenta de la importancia práctica de que una organización como MSF esté presente en estas áreas", reconoce la uruguaya.  

Mariana Gines García uruguaya voluntaria en Sudán del Sur
Mariana Gines García uruguaya voluntaria en Sudán del Sur.
Foto: Médicos Sin Fronteras, cedida a El País.

Condenan ataque a un hospital

Varias organizaciones, incluida Médicos Sin Fronteras, alertaron sobre la escalada de violencia que se vive en Sudán del Sur desde meses atrás. Para hacerse una idea, en las últimas semanas el presidente sursudanés, Salva Kiir, declaró el estado de emergencia en el estado de Warrap y en el condado de Mayor, y las Fuerzas de Defensa del Pueblo anunciaron que implementarán el desarme de los civiles, tanto voluntario como forzoso. Se estima que hubo cerca de 80 muertos entre la última semana de mayo y la primera de junio, según el informe de la misión de la ONU en el territorio.

Aunque la zona que le asignaron no es la más compleja, Gines García alcanzó a ser testigo de esta escalada de violencia. "La verdad es que la situación se ha agravado en términos de la violencia desde febrero de este año. Desde el 2018 -que fue cuando se hizo el acuerdo de paz que de alguna forma finalizó la guerra civil en Sudán del Sur- hasta febrero de este año no se habían experimentado nuevamente estos enfrentamientos entre fuerzas del gobierno y distintos grupos armados", explica la uruguaya que en donde más dice haberlo notado fue en el movimiento migratorio, ya que le tocó trabajar en campos de desplazados. Hay desplazados internos, que huyen del conflicto agravado, y otros que vuelven a Sudán del Sur a raíz de los conflictos que han tenido lugar en otras partes de la región. Todos están, de alguna manera, "escapando también de una guerra".

Otros colaboradores como Gines García fueron testigos del aumento de la violencia en el país. La madrugada del pasado 3 de mayo, el hospital de MSF ubicado en Old Fangak, en el estado de Jonglei, fue bombardeado. "En ese ataque se quemó totalmente la farmacia donde teníamos todos los implementos para tratar a todos los pacientes, y eso hizo que se tuviera que cerrar el hospital", detalla la uruguaya.

Según denunció entonces la organización, esa madrugada helicópteros de combate lanzaron una bomba contra la farmacia del hospital, dejándola "totalmente calcinada", y dispararon contra la ciudad. Horas más tarde, otro avión bombardeó el mercado local. Se contabilizaron al menos siete muertos y 20 heridos por este ataque. Con el paso de los días, y el cierre del centro, se llega a estimar que al menos 250 mil personas se quedaron sin a los servicios de salud debido a los últimos ataques contra las organizaciones de ayuda humanitaria que han tenido lugar.

En palabras de Gines García, lo que pide la organización es "la protección de los civiles y de los trabajadores de la salud" y que las organizaciones humanitarias no sean el objetivo de ninguna de las partes.

Un proyecto desafiante

"Trabajar seis meses en un proyecto de MSF en Sudán del Sur es enormemente desafiante, pero también muy gratificante", asegura la uruguaya. Entre los recuerdos que se lleva consigo están los momentos en los que algún que otro paciente la reconoció por haber ayudado a sus familiares o amigos en el pasado, lo que hizo que entendieran que era seguro confiar en ella.

"Es muy lindo ver la confianza de la población en la atención que MSF intenta dar en el territorio, eso ha sido impresionante", manifiesta.

Entre sus tareas, Gines García se dedicó a apoyar a los profesionales locales, ya fuese en el hospital, en la emergencia o en las policlínicas móviles o en las campañas de vacunación o de promoción de la salud. "Ha sido un placer ver por cientos y por miles a esos pacientes poder recuperarse y volver a sus casas. Es realmente muy movilizador", añade.

Al ser consultada sobre aquellos que pueden tener ganas de colaborar, Gines García sostiene "que para que esto funcione se precisa de todo" y no solo de los médicos, sino de todo un equipo que está detrás y no sale en las fotos. "No nos olvidemos que la financiación no proviene de los gobiernos. MSF se financia directamente con el apoyo de las personas, entonces para que todo esto funcione uno siempre puede de alguna forma que otra participar y no necesariamente ser parte de una organización de ayuda humanitaria requiere que uno vaya directamente al terreno y eso me parece que es algo importante de transmitir, que esto es mucho más grande que el equipo que está hoy por hoy en distintos proyectos en Sudán del Sur", concluye la uruguaya.

DATOS DE 2024

Según el último registro del equipo de Médicos Sin Fronteras, en 2024 hubo 514.415 consultas médicas externas, incluyendo 130.274 consultas de niños menores a 5 años, y fueron hospitalizados 67.470 pacientes.

Unos 225.055 pacientes fueron tratados de malaria y 3175 fueron tratados por cólera. 4737 niños y niñas fueron atendidos con malnutrición aguda severos en programas de alimentación ambulatoria y 7075 niños y niñas fueron vacunados contra el sarampión.

También se registraron 16.353 consultas individuales de salud mental y se asistió a 15.369 partos, incluidas cesáreas.

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