En el corazón de Camino de los Horneros, arte y naturaleza se entrelazan en una experiencia sensorial única. Tahona Art, una iniciativa cultural que busca integrar el arte contemporáneo a la vida cotidiana, lanzó este sábado 7 de junio su Art Walk, un recorrido escultórico que atraviesa las 550 hectáreas de La Tahona.
El proyecto, que combina galería y museo, concept store, atelier, café, editorial, un programa de residencias y un festival anual, propone vivir inmersos en arte más allá de las paredes tradicionales. Con el nuevo Art Walk, ese espíritu se materializa en el paisaje: obras de diferentes formatos distribuidas al aire libre, en un entorno natural donde la luz, el tiempo y el movimiento transforman la experiencia.
“Caminar cambia nuestra percepción. El mismo trayecto nunca es igual. La luz y el tiempo transforman lo que vemos. El paisaje se vuelve presencia. El arte, compañía”, expresan desde Tahona Art.

La primera escultura del paseo fue inaugurada en un evento privado que reunió a un centenar de personas entre autoridades, artistas, coleccionistas y referentes del arte contemporáneo. Se trata de una pieza del artista uruguayo Federico Benites, construida en madera de lapacho. El caballo —imponente, fragmentado y de lectura múltiple— hoy es parte de una trilogía escultórica cuyas otras dos versiones se encuentran en Monterrey (México) y Esbeek, un pequeño pueblo en el sur de los Países Bajos.
Benites, nacido en Montevideo en 1979, trabaja con madera desde un enfoque casi artesanal. Su obra descompone figuras geométricas ensambladas que invitan a reflexionar sobre el tiempo, la materia y la memoria. Esta escultura, en particular, propone un cruce entre la fuerza ancestral del caballo y la calidez noble de la madera, generando una presencia que dialoga con el paisaje de forma orgánica.
Con esta primera obra, Tahona Art abre un nuevo capítulo en su misión de acercar el arte al día a día, invitando a descubrirlo no solo en salas, sino también al caminar.
