Después del trago amargo del descenso con Athletico Paranaense, a Gonzalo Mastriani le llegó un inesperado llamado como el de Botafogo, vigente campeón de la Copa Libertadores y del Brasileirao.
Con 32 años, el delantero uruguayo aceptó el desafío y en las puertas del estreno en el Mundial de Clubes 2025 con el Fogão, habló con Ovación y recordó el momento en el que estuvo a punto de tirar la toalla, el factor mental en el futbolista, el jugador con el que desea cruzarse en el torneo que se juega en Estados Unidos y el sueño de jugar en Peñarol y en la selección de Uruguay.

¿Cómo se viven las horas previas al Mundial de Clubes?
Con ilusión, con mucha alegría y con ganas de disfrutarlo porque es algo único. Es el primer Mundial de Clubes que se juega de esta forma y estar acá, ser partícipe de esto, genera orgullo primero que nada, motivación y ganas de disfrutarlo, de estar a pleno, feliz y aprovechar cada momento que se tenga acá porque va a ser una experiencia única.
¿Qué tan grande es la expectativa para el torneo?
Muy grande porque Botafogo es el último campeón de América y campeón de Brasil. Sabemos que nos tocó un grupo muy difícil, muy jodido. Creo que es el grupo más difícil de todo el Mundial. Pero son partidos y hay un plantel muy bueno acá realmente, con jugadores que se mantuvieron del año pasado y otros que estamos llegando. Hay que ir partido a partido. Son tres juegos vitales, pero hay lindas expectativas realmente.
¿Para vos qué significa jugar un torneo así?
Y la verdad que tiene un sabor de disfrute, de goce, de saber que llegué hasta acá. Tengo 32 años, no soy ningún chiquilín y a esta edad jugar en este club y participar de este torneo es algo maravilloso, algo que genera mucha ilusión y que genera mucho desde el disfrute para poder aprovecharlo. Uno lucha mucho para llegar hasta acá y ahora que estoy acá, estoy en este momento, no queda mucho más que disfrutarlo, intentar hacer lo mejor, obviamente siempre dentro del campo e intentar ayudar a Botafogo, pero principalmente de aprovecharlo y disfrutarlo.
¿Se dicen algo internamente de querer jugar contra algún equipo en particular más allá de que saben qué grupo tienen?
Y… es lo que nos tocó. Hoy ya estamos pensando en Seattle, que es el domingo y que vamos a salir a la cancha de ellos, pero con total ilusión de conseguir los tres puntos para iniciar el camino de la mejor manera.

¿Y a vos te gustará enfrentar a algún equipo o jugador en particular?
Son partidos que normalmente no se dan. Cuando se jugó la final de la Champions League, nosotros estábamos en viaje a un partido y estábamos mirándola. Dijimos ‘la puta madre, nos tenemos que enfrentar a estos monstruos’. Pero bueno, es fútbol y obviamente va a ser algo magnífico enfrentarlos, el ver lo bueno que son adentro de la cancha ¿no? Y también te pone a prueba, si te sentís bien o no. Me pasa por ejemplo con Josema Giménez. Compartimos la selección Sub 20. Él era un gurí, dos años más chico que yo, y me acuerdo de lo que era ahí y hoy es capitán de la selección mayor. Por eso reencontrarnos y enfrentarlo en ese partido para mí va a ser va a ser lindo y va a ser también una prueba para ver cómo estoy yo ahora, cómo está él. Si me ponés a un jugador del Mundial para enfrentar o ver te digo que es Josema porque tenemos esa historia y nos conocemos bien desde chiquilines.
Si me decías que Mastriani de Rentistas iba a estar hoy en Botafogo, no lo creía. Entonces, a partir de todo ese trabajo mental, de creerlo y de buscarlo, lo conseguí. Y si miro para atrás, tengo que disfrutarlo, no puedo hacer otra cosa
¿Ya se veía en esa Sub 20 que tenía futuro?
Sí, sin lugar a duda. Él estaba en la Sub 20 nuestra siendo dos años más chico por lo que tenía otra Sub 20 más por delante y esos casos no se daban mucho en esa época. Pero ahí ya se veía primero la personalidad que él tenía, el carácter, la potencia, el salto y todas esas cosas que son características de él. Ahora es capitán de la selección mayor. Yo particularmente lo veía eso en él y la verdad que siempre me dejó muy contento que haya conseguido todo lo que consiguió.
¿Es el Mundial de Clubes la mejor prueba para afrontar los octavos de final de la Copa Libertadores?
Sí, es como la prueba suprema, ¿no? Vamos a jugar contra los mejores de Europa, contra un equipo de Estados Unidos, vamos a ver diferentes estilos de fútbol. Botafogo mantuvo un plantel del año pasado que fue el campeón de la Copa Libertadores y del Brasileirao. Obviamente hubo cambios como gente nueva que viene llegando, no solo jugadores sino también cuerpo técnico y eso llevó cierta adaptación, pero creo que estamos en un camino de crecimiento. Por eso espero y ojalá que este Mundial de Clubes también nos permita seguir mejorando y creciendo como grupo, como equipo para obviamente afrontar todas esas instancias que vienen después del torneo que son igual de importantes para el club como defender el título de Libertadores y el de Brasil.

En Uruguay el Mundial de Clubes se va a ver en vivo por DSports, que va a transmitir todos los partidos, pero vos como jugador que lo vas a vivir ahí en vivo y que obviamente ya tenés rivales, ¿qué partido le recomendás a la gente del fútbol y a los lectores de Ovación porque entendés que no se lo pueden perder?
Yo creo que no se pueden perder el Botafogo vs. Atlético de Madrid. Va a ser un partido obviamente diferente y que puede definir la llave, entonces es un partido que recomendaría.
¿Puede llegar a ser una nueva vidriera para vos este Mundial de Clubes?
No lo tomo como vidriera realmente. Lo tomo para disfrutarlo, agradecido de estar acá, sabiendo todo lo que he luchado a lo largo de mi carrera para vivir estos momentos, para jugar este tipo de partidos. Lo que venga después va a venir después. Hoy estoy en ese plan en mi vida y en mi carrera de intentar disfrutar los momentos. Quizás ni soñé estar acá y hoy estoy acá a la edad que tengo. No sé si en lo que resta de mi carrera puedo llegar a vivir otra situación similar. No estoy pensando en lo que pueda suceder, sino en estar acá, vivirlo, disfrutarlo, intentar dar mi mejor versión y obviamente ayudar a Botafogo a lograr sus objetivos.
¿Si mirás para atrás y ves las cosas que has logrado sentís orgullo y satisfacción por estar hoy en un Mundial de Clubes defendiendo a Botafogo?
Sí, exactamente. Es orgullo y satisfacción realmente porque la verdad que mi carrera se ha caracterizado mucho por el cambio. He estado en muchos clubes, en la mayoría poco tiempo, buscando un lugar, creciendo, a veces no creciendo, pero luchando siempre y obviamente hubo momentos muy difíciles, pero hoy miro dónde estoy, con la edad que tengo, en el último campeón de América, de Brasil y jugando este tipo de competencias. La verdad que me llena de orgullo porque un momento uno pensó en dejar, en tirar la toalla y continué luchando, levantándome y creo que eso me caracteriza para estar hoy disfrutando. Soy un agradecido con eso, con la vida y siempre intento dar lo mejor y disfrutar día a día.

¿En qué momento dijiste o pensaste tirar la toalla como decías recién?
Cuando volví de Europa a Uruguay realmente fue un momento difícil. Pasé por Rentistas y Sud América y no me encontraba. También fui a México seis meses y volví. Fue duro, ya tenía dos hijos y a mi esposa intentando ayudar, buscando trabajo. Ahí hubo un par de decisiones después que generaron que yo saliera a Ecuador y no aceptara propuestas que tuve de otros lugares y que creo que fueron decisiones acertadas que hicieron que yo retome mi carrera, la ilusión y el hambre de competir, de jugar, de disfrutar del fútbol y no tener esa presión como trabajo. Entonces, en ese momento en el que yo me dediqué a vivirlo, a olvidarme de lo malo que me había pasado en Europa creo que fue cuando retomé mi carrera y la traje hasta donde estoy hoy, algo que quizás en ese momento ni lo soñaba ni lo creía. Si me decías que Mastriani de Rentistas iba a estar hoy en Botafogo, no lo creía. Entonces, a partir de todo ese trabajo mental, de creerlo y de buscarlo, lo conseguí. Y si miro para atrás, tengo que disfrutarlo, no puedo hacer otra cosa.
Jugar el Mundial de Clubes tiene un sabor de disfrute, de goce, de saber que llegué hasta acá. Tengo 32 años, no soy ningún chiquilín y a esta edad jugar en este club y participar de este torneo es algo maravilloso, algo que genera mucha ilusión y que genera mucho desde el disfrute para poder aprovecharlo
¿Cuál fue el momento, partido, gol o situación en el que pensaste que estabas para seguir creciendo?
Se fue dando. Fui creyendo en mí, en mis características, en lo que yo podía darle a los equipos en los que estaba. Obviamente, empezaron a llegar los goles, me dieron más confianza y cada propuesta que llegaba era mejor y yo me convencía de que podía ir a ese lugar y hacerlo de buena manera. Todo eso me fue llevando a creer cada vez más en mí, a confiar en mis capacidades y llegar a donde llegué hoy.
¿Te apoyaste en profesionales para acompañar ese crecimiento y sobre todo superar los momentos complicados?
Sí, todo el tiempo. He pasado por algunos, no he estado siempre con uno solo, pero sí he trabajado con personas capacitadas para eso porque yo considero que el 70 o el 80% de lo que es el jugador de fútbol es la mente. Hoy en día con las redes sociales, con todo lo que envuelve al fútbol, con la tecnología... No voy a decir que es más difícil porque eso nadie lo sabe, pero sí que hay mucha gente hablando, que hay mucha gente opinando y es muy fácil destruir a un jugador o un jugador mismo caer en malos comentarios, en cosas pesimistas, y por eso creo que es fundamental hoy trabajar con un coaching, con alguien que te ayuda a mantener el foco, a pensar solo en el día a día, en el partido que llega y en intentar hacerlo mejor.

¿Tenés que saber convivir con todo eso no?
Sí. Yo últimamente he dejado de usar algunas redes sociales, por ejemplo Twitter. A mí me pasó que cuando estaba en Guayaquil City me estaba yendo muy bien y dije, bueno, es un momento de subir el nivel, de ir a un lugar donde tenga más presión porque Guayaquil City es un equipo chico, que tenía poca gente que iba a la cancha y pasé a Barcelona, un gigante de Ecuador, el más grande, el más popular, mucha gente opinando, mucha gente en el estadio. Al principio fue difícil, me costó el sentir esa opinión del otro, pero después eso me dio herramientas y el trabajo por fuera me ayudó a entender que es parte de todo esto y que podía yo seguir creciendo y mejorando a pesar de tener algún error o errar algún gol abajo del arco. Por ejemplo acá en Brasil errás un gol abajo del arco y te pueden ir a buscar a tu casa. Es bravo, es difícil convivir con eso, pero es así, son las reglas del juego. Uno tiene que entenderlas e intentar hacerlo mejor y continuar.
También está la parte humana: ¿qué le decís a tus hijos por ejemplo?
En casa se habla mucho también. Mi hijo más grande tiene 12 y quiere jugar al fútbol. Entonces uno también aprovecha el momento para decirle que si el día de mañana quiere llegar a jugar al fútbol le puede pasar eso que me está pasando a mí, le puede pasar esto o lo otro. Es parte del negocio por así decirlo. Y también uno tiene que entender que el hincha es pasional y quiere ganar siempre, tanto como nosotros. Nosotros sabemos que no es posible ganar siempre, pero el hincha no. Y no puedo decir tampoco que está mal que así sea porque el hincha quizás es el que lleva adelante varios clubes entonces hay que aceptarlo como es y bueno como dije siempre uno estar preparado, prepararse constantemente e intentar mejorar todo el tiempo para para tener el menor error posible.
Sos uno de los dos goleadores históricos de la Copa Sudamericana. ¿Le das importancia a esa estadística y la tenés presente?
Sí, la tengo presente obviamente porque bueno fue un logro que conseguí el año pasado y es un logro lindo que es parte de la carrera porque esas cosas también son para disfrutar, como cuando uno sale campeón o consigue un logro personal también. Creo que Barcos la va a jugar porque está con Alianza Lima, así que quizás salga de vuelta él adelante pero bueno si Dios quiere como decís vos ojalá que tenga bastante leña para quemar y pueda volver a disputar otra edición para tomar un poquito de ventaja. Pero es algo lindo que se disfruta y obviamente los récords están para romperse así que seguramente también en otro momento llegue otro y lo supere, pero saber que uno está ahí en una competición internacional importante y siendo uno de los goleadores históricos la verdad que es lindo y me llena de orgullo.

¿Cómo se dio la llegada a Botafogo?
Fue algo muy rápido realmente. En Athletico Paranaense arranqué muy bien, pero después fui bajando el rendimiento, tuve una lesión importante que me tiró los últimos tres meses del año para afuera y me perdí la última parte, que es una parte fundamental y trágica por así decir, porque la verdad que Atlético Paranaense haya descendido es algo que obviamente nos corresponde a todos los que estábamos en ese momento, tanto jugadores como directivos y demás, pero un club que tiene la infraestructura que tiene, una ciudad que está atrás, abrazándolo, realmente no debería estar en la Serie B. Y luego arrancamos el año, yo todavíae estaba pasando por ese tema de la lesión y tuve pocos partidos allá, pero mi empresario me llamó para decirme que estaba la oportunidad, que Renato Paiva que es el entrenador nuestro en Botafogo me conocía del fútbol ecuatoriano y también me había enfrentado cuando él había sido entrenador de Bahía. Él estaba de acuerdo en mi llegada así que fue algo realmente muy rápido y de un día para el otro estaba viajando a Río de Janeiro. La verdad que son de esos momentos cuando uno lucha, lucha, lucha y no le está yendo quizás del todo bien, le viene eso que no creía que iba a llegar. Entonces, por eso mismo te hablo del disfrute, del aprovechar el momento, el día a día, porque yo a principio de año no creía que iba a estar acá. Se dio todo muy rápido y hoy no me queda más que disfrutarlo, intentar aportar desde donde me toque, pero sabiendo que estoy en el último campeón de América y de Brasil, algo que la verdad es un lujo tremendo. Acá competís con jugadores que fueron campeones de todo, que están dejando un legado en el club, que son vistos como ídolos, entonces tengo que venir a sacrificarme, a entregarme más y la verdad viene siendo todo muy lindo y disfrutable. Estoy contento por todo eso.
Este ya es tu tercer año en Brasil, ¿cómo te llevás con el idioma?
Creo que vamos muy bien. La verdad que entiendo y me hago entender que es lo más importante, entonces está bárbaro.
¿Ya sabías algo de portugués o nada?
Muy poco, lo básico. Había jugado en Portugal pero el portugués de allá es mucho más cerrado. Y allá también tenía compañeros colombianos y españoles viste y ahí te juntás más con ellos. A mí me pasó que estuve un año en Italia intentando aprender el idioma y cuando lo aprendo, me voy para Portugal, entonces ahí intenté de dejar el idioma de lado para jugar más al fútbol y conversaba más con los extranjeros. En Brasil fue como arrancar de cero, pero fue bien y fue rápido también porque cuando llegué a América, creo que había uno o dos extranjeros nomás, y después el entrenador brasileño y compañeros brasileños que la verdad que me abrazaron mucho cuando llegué a América Mineiro, e iba aprendiendo el día a día y escuchando. Se dio fácil.
¿Cómo es la vida en Río de Janeiro?
La verdad que estuve poco tiempo. Llegué hace unos meses y ahora ya vine para Estados Unidos. Obviamente Río es una ciudad turística. En los días libres uno puede ir a la playa tranquilamente, sin problemas. Está muy bueno. Todavía estamos en adaptación con la familia y mis hijos con la escuela. Pero realmente no tengo nada de que quejarme ni de Belo Horizonte ni de Curitiba. Fueron ciudades muy lindas, muy tranquilas, diferentes. Por ejemplo, Curitiba es muy parecido a Montevideo. Fría, limpia, tranquila. Nadie se metía con nadie en la calle. Entonces, estuvo muy lindo allá. Nos hacía acordar más a casa, ¿no? Belo Horizonte también, calor, tranquilidad en las calles. Río es un poco más movida, más grande, más turística, pero bueno, tiene ese plus de las playas. Tenés muchas cosas para hacer y la verdad que uno realmente tiene poco tiempo por el tema de los entrenamientos, viajes y todo lo demás. Pero tenés un montón de cosas para hacer que hacen todo más llevadero para la familia también.

¿Qué es lo que más extrañas de Uruguay?
Uruguay para mí es casa. No hay otro lugar que lo pueda denominar así. Siempre que tengo un rato quiero estar allá. Obviamente extraño a mis amigos, a la familia, la comida y estar en los rincones de allá. La verdad que es lo que uno más extraña en el día a día. Obviamente estando tanto tiempo lejos, quizás tiene una idea diferente a lo que vos me podés decir o el uruguayo que está allá todo el tiempo me puede decir, pero ya van a ser como seis, siete años que estoy afuera de Uruguay, solo voy por una o dos semanas al año, entonces se hace un poco largo. Se extraña y varias veces quiero pegar la vuelta.
Y hablando de volver a Uruguay, ¿qué tan cerca estuviste de jugar en Peñarol?
Mi carrera viene en ascenso y hoy en el mercado tengo un valor diferente. Pero he tenido charlas, a veces un poquito más profundas y otras no tanto, con gente de Peñarol y ellos con la gente que está a mi lado. Ha sido difícil por mi momento deportivo, por el valor y el costo. No se ha dado más por eso que por otra cosa, pero sí hubo acercamientos y algunas conversaciones.
¿Y a vos te gustaría jugar en Peñarol?
Sí, obvio. Me gustaría. No sé cuándo va a ser y si va a ser realmente, pero es un sueño que tengo desde chiquito y ojalá en algún momento se cumpla.
¿La selección es otro sueño en tu carrera? ¿Lo ves imposible o no perdés la ilusión?
Obviamente es otro sueño. Puede ser esa palabra que usaste vos: no perder la ilusión. Soy consciente de la edad que tengo, de lo que amerita jugar en la selección, del perfil de jugadores que quiere el entrenador, entonces sé que cada vez es más difícil y que cada vez pasa más el tiempo, ¿no? Pero bueno, la verdad que en mi carrera he cumplido cosas que no esperaba, que no soñaba, entonces es un sueño que está ahí. Si se cumple sería la cereza de la torta y si no, voy a seguir contento y feliz con la carrera que estoy haciendo.
¿Con qué te volvés contento de Estados Unidos después del Mundial de Clubes?
La verdad que es algo que no lo pensé. Como te dije, estoy disfrutando tanto el día a día que no pensé con qué me vuelvo contento. Yo creo que ya estoy contento, ya estoy feliz de estar acá, de disfrutar de este momento. Creo que pase lo que pase va a ser lucro para mí y pienso disfrutarlo y pienso vivirlo a full realmente. Todo lo que salga de acá va a ser bueno.
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